DATOS PERSONALES

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* Escritor y periodista especializado en los aspectos políticos de la globalización. * Presidente del Consejo del World Federalist Movement. * Director de la Cátedra de Integración Regional Altiero Spinelli del Consorzio Universitario Italiano per l’Argentina. * Profesor de Teoría de la Globalización y Bloques regionales de la UCES y de Gobernabilidad Internacional de la Universidad de Belgrano. * Miembro fundador de Democracia Global - Movimiento por la Unión Sudamericana y el Parlamento Mundial. * Diputado de la Nación MC por la C.A. de Buenos Aires

sábado, 27 de octubre de 2012


RECORDANDO A NÉSTOR 
(o “La peor mentira nac&pop”)

En otro de esos lamentables días en que la necrofilia argentina nos recuerda aquella célebre frase de Marx sobre la tradición de todas las generaciones muertas, que oprime como una pesadilla el cerebro de los vivos, dos grandes grupos nos devuelven el rito peronista del uso y el abuso político de la muerte y los muertos: los nestoristas-cristinistas en el poder y los nestoristas puros, desplazados del poder por el cristinismo.
Dedico el análisis y el gráfico de aquí abajo a estos últimos, a quienes critican la presente gestión al grito de “Esto, con Néstor no pasaba” como si Cristina y el gobierno de Cristina hubieran surgido de una escisión del Partido Liberal Indochino, a quienes pretenden ignorar el simple hecho de que las políticas cortoplacistas incansablemente aplicadas por Néstor sólo empiezan a mostrar su efecto a largo plazo ahora, con el gobierno de Cristina. Y se lo dedico también a quienes piensan y dicen “Roban pero redistribuyen”, sin comprender lo elemental: los efectos socialmente benéficos que la sociedad argentina experimentó entre 2003 y 2007 no fueron producto de las políticas del Gobierno sino de la mera recuperación de la economía argentina después de una de sus devastadoras crisis, acaso la peor en la Historia.
Demostrarlo es bien simple: basta tomar los datos del INDEC sobre reducción de la pobreza entre 2003 y 2007 y compararlos con los mismos datos en el anterior período de salida  de una crisis (1989-1993) para comprobar que si el crecimiento del PBI de ambos períodos es casi igual, los efectos de reducción de la pobreza fueron mayores y más rápidos con el neoliberal y socialmente injusto gobierno de Menem que con el “progresista, nacional y popular” gobierno de Néstor Kirchner.
Paso pues, directamente a los datos, avalados por el actual Ministerio de Economía, tomados por un organismo absolutamente confiable entonces y cuyas mediciones jamás habían sido cuestionadas (lo fueron mucho más tarde, en 2007). Y tomo datos para el Gran Buenos Aires, núcleo duro de la pobreza nacional porque no existían datos nacionales en 1989-2003 y porque el GBA es perfectamente representativo del total nacional (basta correlacionar sus valores en períodos sucesivos con los del resto del país para comprobarlo)[1], y porque sus resultados comparativos son consistentes con todos los demás datos disponibles, de la Ciudad de Buenos Aires.  Lamentablemente, no es posible continuar analizando la serie dado que la virtual intervención al INDEC ha hecho que los datos de evolución de la pobreza no sean confiables desde inicios de 2007 (baste señalar que para el INDEC no es pobre hoy en Argentina toda persona que tenga acceso a un ingreso de 14$ diarios). 

Los resultados son concluyentes: en términos de la reducción de la riqueza, los primeros cuatro años de la gestión kirchnerista posteriores a la salida de la crisis trajeron una reducción de la pobreza aún menor que los primeros cuatro años de gestión menemista después de la hiperinflación. El diferencial de pobreza, que era de cinco puntos percentuales al inicio (52.3% contra 47.3%) se amplió a casi ocho puntos (25.5% contra 17.7%). En términos sociales, al final de los cuatro años posteriores a la hiperinflación más de la mitad de los pobres habían dejado de serlo, mientras que con cuatro años de gestión nac&pop casi dos tercios de los pobres de mayo de 2003 seguían siéndolo, a pesar de los precios internacionales mucho más favorables.

Digámoslo con propiedad: ¡Fue la salidad de la crisis, estúpido! 
De todas las incongruencias del “modelo de desarrollo con inclusión social” K, la más vergonzosa y menos difundida es el fracaso de su política de inclusión social, que hoy mantiene a 22% de los argentinos en la pobreza y a un tercio de los trabajadores en el mercado negro, cifras similares a la segunda parte de la década del Noventa. Y no ha sido culpa de la “distorsión del modelo original”, como pretenden Lavagna, Fernández, Moyano y sus socios nestoristas que sueñan heredar estos 21 de 23 años de horrores peronistas, sino la prolongación exacta del modelo inagurado en mayo de 2003, aún más regresivo socialmente que el de la anterior etapa. Y casi con los mismos protagonistas….